El poder decidir
en dónde y cómo estar es fundamental para abatir la normalidad y continuidad de
cierto modo de "vida" que no nos ofrece más que los residuos del engranaje
capitalista. Adquirir la alegría de vivir y apasionarse por aquello que resulta
en un descanso para el espíritu. Espíritu que busca y busca y a veces no
encuentra en este océano de incertidumbre, malestar en la cultura, devastación
ambiental y emocional. Por eso, recordar este gran concepto "voluntad de
poder" podría ser una oportunidad para replantear el avanzar y el cómo de
ese caminar. No caminemos ciegos o mudos, cojeando ni sabiendo cual es el
próximo destino; mejor caminemos sabiendo cuales son las reales necesidades que
pueden satisfacernos como humanos.
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